Parece que los comportamientos y las mañas son muy difíciles de erradicar.
Macri tal cual como un viejo patrón de estancia decidió no autorizar la muestra Tecnopolis en el barrio de Palermo de la ciudad de Buenos Aires.
Supuestamente debido al caos vehicular que la exposición traería a la ultraordenada ciudad que hoy, a consecuencia de la muerte del militante del Partido Obrero, será seguramente lo bastante caótica.
Más allá de las implicancias políticas que esta decisión del gobierno porteño traiga como consecuencia e independientemente del gasto ya realizado por el gobierno nacional, que es por supuesto dinero de todos, me parece que el ingeniero no puede arrogarse la representación de los argentinos.
Ser ocasionalmente el jefe de la ciudad no le da derecho a decidir por todos los argentinos pues es el jefe no el dueño. Se imaginan al gobernador Scioli impidiendo la salida de los porteños en un fin de semana largo por los inconvenientes en las rutas. Esta decisión es al menos, para ser leves, un disparate.
Si esta es la forma en la que va a dirigir los destinos del país si fuera presidente creo que acaba de mostrar suficientes motivos de su incompetencia y evidentemente no está a la altura de la conducción de ningún colectivo social.
No es que le falte coherencia, su ausencia de interés por la educación de los más pobres, su ninguneo por el “aluvión” hablan a las claras de su discriminación.
No se sostiene que un individuo, tenga el cargo que tenga, prive a la ciudadanía de esta fiesta de la tecnología que esperábamos disfrutar totalmente.
Espero que algún recurso de amparo contemple a la ciudadanía argentina y que pueda presentarse ante la Honorable Corte Suprema de Justicia para que los intereses de unos pocos no sigan lastimando el derecho de las mayorías.
Esperamos que sea justicia.