Cuando el peronismo disidente reafirma su posición de ir por fuera del peronismo me sentí plenamente feliz.
La historia tiene, por su propia circunstancia, la manía de volver sobre sus pasos para intentar que los hombres, que son su realización, aprendan de sus errores y puedan correr el velo de la ignorancia.
Hoy a tantos años del 17 de octubre de 1945, nos encontramos frente a la misma situación, salvo que los actores son otros.
El peronismo disidente, como fuera otrora el radicalismo, no están a la altura de su circunstancia y prefieren formar un partido anquilosado en lugar de intentar entender por dónde pasa la historia.
Kirchner, con una visión estadista, observó, anotó, transformó y modificó para encarnar el espíritu de las mayorías populares. Es el nuevo Perón y en la medida justa en que Perón aún hoy no ha sido comprendido por ciertas capas sociales, Kirchner como fenómeno político tampoco es entendido, pues la miopía con que se lee la política es abrumadora.
Estoy feliz, reitero, porque hombres como Rodríguez Saa, Romero, Menem, Duhalde, Puerta, Reuteman, Felipe Solá, Das Neves y otros no estén dentro de nuestro movimiento, que todavía no puedo creer tanta felicidad.
Nos sacamos de encima "la plomada".
Está buenísimo que se coloquen donde verdaderamente están, en contra del pueblo y a favor de sus intereses.
La pelea va a ser dura por su enquistamiento.
Si triunfamos, y no tengo dudas de ello, empezaremos en el 2011 la definitiva liberación nacional.
Una Argentina inclusiva con justicia social, independencia económica y soberanía política como soñaron Perón y Kirchner.