Los medios de comunicación ven a la sociedad como un colectivo de consumo. Colocar el producto, venderlo bien, mentir, si es necesario para aumentar la ganancia, son algunos paradigmas que nos llevan a interpelarnos sobre el por qué es la parte, si se quiere más ilustrada, la que demuestra el mayor sometimiento cultural.
La información no es un producto terminado. Como una vacuna, necesita la persona para cerrar el círculo virtuoso, intencional siempre, del informar para algo o por algo.
Las minorías de culto "creen" en el producto informativo.
Hay que pensar y pensarse, estirar el pensamiento hacia adelante para decodificar el hoy. Es en vano querer interpretarnos desde moldes ajenos.
Nosotros pertenecemos a hispanoamérica. Somos un bloque geográfico inmenso. Tenemos raíces comunes y hasta un enemigo común, el anglosajón No se entiende desde la razón por qué nos hemos convertido en una veintena de republiquetas sin norte cuando lo lógico hubiera sido formar un frente único, una unión de intereses, de cultura y de proyectos.
Pero todo esto fue y es posible desde la colonización cultural, desde ese extranjerismo típico de los pensadores que se convierten al extrañamiento de sí mismos y desconocen al pueblo que les dio el origen.
Esta "intelligenzia" cuya responsabilidad histórica es muy importante pudo haber elegido entender las reacciones populares desde el lugar y no desde afuera.
Todavía hoy no se entiende al "movimiento peronista", tampoco al "chavismo" y se los condena como dictaduras sin intentar siquiera comprenderlos. Esta falta de entendimiento es tal porque se los mira desde una cabeza con impronta europea o norteamericana donde la democracia es el único sistema de gobierno posible. Siguen mirándose el ombligo creyendo en un mundo único para todos sin analizar la idiosincrasia existente en otras latitudes.
Sabemos que Europa o Estados Unidos no comprenden nuestras potencialidades y sabemos también que la soberbia no les permite indagar sobre nuestras posibilidades, salvo desde el lugar crítico desde donde nada bueno se asimila. Ellos sólo decodifican lo que les es propio. Los pensadores hispanoamericanos, en lugar de indagar sobre nuestros comportamientos desde nosotros mismos acentuando nuestra "mismidad" esperan entenderlos desde una mentalidad europeizada o norteamericanizada.
Así jamás barruntaremos siquiera nuestro porvenir. Los argentinos, los venezolanos o los bolivianos debemos mirarnos desde hispanoamérica y no al revés. Debemos trabajar en desarrollar una filosofía hispoamericana que siente sus bases en lo nuestro, sin dejar de lado el aprendizaje tradicional, pero sólo para enriquecer su erudición.
Por qué no proclamar nuestro ideario para que los filósofos del norte nos estudien con respeto.
Este y tantos otros caminos están pendientes de recorrer...
En el mientras tanto, la educación es una formadora de "idiotas útiles" y para ellos y por ellos se construye la realidad.
Dejemos de consumir información como si fuera un producto terminado, exijamos información como materia prima para que cada uno, desde cada lugar pueda elaborar su propio producto existencial.
¡¡¡¡Basta de comprar "cajitas felices"!!!!
