Hay un campo poco explorado del que casi nadie habla pero que es muy importante a la hora de definir lo que nos ocurre cuando tenemos "sensaciones" instaladas desde un relato mediático, recortado e intencional, del que no podemos despojarnos porque ingenuamente creemos en esa mirada, narrada desde los rincones más oscuros del poder económico.
Seguramente el lector estará pensando que a él eso no le ocurre. La colonización cultural es como una mala comida sólo te das cuenta que te hizo mal cuando ya te la comiste.
Cada uno de los ciudadanos, en mayor o en menor medida, estamos influídos por el entorno social donde nos desarrollamos. No es fácil salirse del molde para pensar con claridad porque la educación que recibimos tiene una base de obediencia debida, protocolar y esquemática, que nos lleva a "no desarrollar el pensar". Desde la distribución de los asientos en las aulas, pasando por una idea absurda de disciplina llegamos a profesores que muchas veces, muchas más de las que quisiéramos, son educadores mediocres cuando no malos, frente a un pizarrón que, como mudo testigo, acompaña la simbología de una formación lamentable que tiene como función ética la idea que en la escuela se va a estudiar.
Dejamos en manos de este sistema perverso la cabeza de nuestros hijos, que al igual que nosotros, repetirá la historia: A la escuela se va a estudiar.
Señores la escuela, esta escuela es una formadora de idiotas útiles, cuanto más educación mayor nivel de desconcientización. Todo lo que se enlaza con el criterio, el discenso y el pensamiento nacional hay que desarrollardo por fuera de la educación.
Es por eso que debemos trabajar en este sentido.
Por qué las aulas no podrían tener una distribución circular, por ejemplo. No nos permitiría tener una mirada distinta, una sensación de trabajo en equipo donde somos todos más o menos iguales, una visión menos rectora del educador que finalmento hoy tiene la única misión de sumar datos a nuestro disco rígido, datos que podríamos obtener por nosotros mismos.
Los menos comprometidos con este lavado cerebral son los pobres, precisamente por su condición. Los pobres no se pueden dar el lujo de desconectarse de la realidad, ella golpea todos los días a su puerta. Los más vulnerables: los de clase media y entre los de clase media se encuentra el caldo de cultivo donde se desarrollan el respaldo a las dictaduras, la crítica a los sindicatos y la justificación de la evasión.
¡¡¡Claro!!! Son los buenos alumnos del sistema!!!