La comparsa
opositora se moviliza desde un lugar que solamente encuentra una explicación si
pensamos que son consumidores del relato corporativo que ayudan a construir.
Resulta
bochornoso verlos desfilar defendiendo los intereses de los diarios Clarín y La Nación como si los mismos
fueran la base del electorado que les dio representación o como si estas
corporaciones no tuvieran los resortes legales para defenderse.
Es una vergüenza.
Es lógico
deducir que muchos ciudadanos que los votaron estén conformes con estas
actitudes, pero debe haber una mayoría que debe sentirse, como mínimo, incómoda,
ante tanta obviedad.
Mientras
defienden a ultranza los monopolios informativos, omiten temas que sí merecerían
su atención:
Chubut, la
censura previa en Misiones, la falta de cumplimiento de Cablevisión sobre la incorporación a la grilla de los canales Paka Paka, CN 23 y Telesur.
Estos temas son sistemáticamente corridos
del debate.
Ver a
Estensoro demostrar su desprolija desinformación, escuchar a Giúdice hablar de
cientos que vienen por más, a Macri expresar el aciago momento de la democracia
argentina de hoy, nos moviliza para reflexionar
sobre cómo estos personajes se deslegitiman permanentemente con sus actos.
Todos
sabemos que se mueven por interés. Este
interés puede medirse en centimetraje de publicaciones del grupo, presentaciones en cable, negocios y demás
alimentos para hacer su diferencia.
Todos
sabemos que muchos periodistas de TN deben tener un salario, que por la
capacidad que demuestran, no ganarían en otro lado.
Hay una
compra general de conciencias que queda en evidencia con la denuncia que un
periodista misionero ha hecho pública sobre censura previa.
Me pregunto
si la cláusula 20 del contrato “leonino” de Cablevisión es el motivo por el que
se han corrido muchos periodistas a CN23.
Si hacemos
el ejercicio intelectual de analizar este comportamiento de Cablevisión,
deducimos que el mismo, es replicado en todo lugar donde se encuentra esta
empresa.
Y es fácilmente
deducible, porque el programa de marras es puntualmente pluralista, siendo
reconocido por oficialistas y opositores. Se pueden imaginar ustedes que esta
cláusula 20 está en todos los contratos de los programas de TN.
¿Será que
Silvestre se fue por esto?
Digamos que
el periodista hace ahora un programa digno, porque podemos coincidir o no con
su editorial, pero no sobrepasa ningún límite ético como se sobrepasaba en “A dos
voces”.
No todo el
periodismo se puede meter en la misma bolsa pero Lanata merece un párrafo
aparte.
No se puede
creer lo que habla este tipo.
¡No se
puede creer!
Es infame
lo que dice. Es desproporcionado, porque
puedo admitir que haya cambiado, pero no justifico su desvarío.
No soporto cuando habla de Víctor Hugo o de
678, como si fuera un referente ético.
No
tiene parangón ni resiste un archivo, ni nada.
Es un estafador ideológico que se vende al mejor postor.
Me imagino
el abultado sueldo que Clarín le debe abonar por tener en sus filas un
referente opositor y Jorge no es inocente en este juego, lo hace por plata, por
vedettismo. Es un mentiroso cuando dice
que no ve 678. No le cree nadie, ni los
que lo usan.
Verdaderamente sale del
periodismo por la puerta de atrás.
¡¡¡¡Lamentable!!!!!